viernes, 29 de febrero de 2008

Mambo en mi cabeza

Lorena Ros / Panos for Newsweek

Además de ser un entrañable amigo que tuvo la deferencia de prologar mi libro Cultura Negra en el Cono Sur, Robert Farris Thompson, profesor de la Universidad de Yale, es una de las mayores autoridades en cultura afroamericana y africana. Sus libros Flash of the Spirit: African and Afro-American Art and Philosophy; African Art in Motion o Four Moments of the Sun: Kongo art in two worlds son ya clásicos en esta área del conocimiento. Ninguno de estas obras, desgraciadamente, se encuentran en castellano y tampoco su último libro sobre las raíces negras del tango. En Tango: The Art History of Love ubica las raíces del género tanto en Buenos Aires como más lejanamente en Europa y en el reino del Kongo. Nos brinda, además, descripciones de los bailes y de la estética de afamados bailarines de tango que finalmente hacen justicia poética a su arte. Actualmente trabaja en un libro sobre la historia del mambo, género que como veremos abajo lo apasionó desde pequeño. Además de ser un fanático de la cultura argentina y de Buenos Aires (bastante antes de que se pusiera de moda) es un gran escritor. Esta semana escribió la columna My Turn (Mi Turno) para la prestigiosa revista norteamericana Newsweek. Su descripción de cómo un pequeño niño wasp se convierte en un amante de la cultura afro-caribeña es también una declaración de amor. A continuación, mi traducción que seguro empobrece el texto.
Mambo on my mind
Me cautivó este sonido punzante a una temprana edad. Ha animado mi alma desde entonces.
Por Robert Farris Thompson NEWSWEEK Feb 25, 2008

Que hace un hombre blanco de una cierta edad como yo enseñando música, arte e historia afrocubana? Crecí en El Paso, Texas, un temprano centro de entrenamiento para un mundo globalizado. En la Dudley School de El Paso ví, más o menos en 1944, a un bella mexicana-americana arrastrar a toda la escuela en una larga fila haciendo la conga Claramente, nos estaba llamando a ir hacia otros lugares.
Me acerqué más a esos “otros lados” cuando mi padre me regaló mi primer disco, una edición en pasta de “Canto Karabalí”, por el gran compositor cubano Ernesto Lecuona. No tenía idea de lo que “canto de Calabar” signficaba, pero la melodía me impactó. Fue una carta de tarot acústica que decía “éste es tu futuro”
Creciendo en una ciudad Latino/Anglo, escuchaba en la radio local canciones de soul como "Signed, Sealed, Delivered," (“Firmado, Sellado, Enviado”) y desde otra estación, que transmitía de Juárez, éxitos mexicanos como “Amor Chiquito”. Había en la ciudad una pequeña población negra armada con boogie-woogies y blues que modelaría mi mente para siempre. Aprendí a tocar el boogie en el piano gracias a un joven llamado Lloyd Stevens y me maravillaban los blues y los compases casi sagrados que tocaba Jesse Brown, un afroamericano de El Paso
En otoño de 1948 empecé a estudiar español. Estudié para mi primer examen con la música de discos afrocubanos de fondo. Cuando me senté para tomar el examen, los verbos y el vocabulario se deslizaban por mi mente al compas de la música.
Desde ese momento, el español y la música afro-cubana capturaron mi alma para siempre.
Pero sentí una inspiración particularmente importante cuando fuimos con mis padres y hermana de vacaciones a la ciudad de México en marzo de 1950. Mientras mi familia se instalaba en el Hotel del Prado fui a caminar por la ciudad. Entré sin saberlo al Palacio Nacional, donde vi a Diego Rivera trabajando en un heroico mural de la antigua ciudad azteca de Tenochtitlán. Volviendo al Prado, me encontré subiendo en el ascensor con Anthony Quinn, quien estaba en la ciudad filmando la película “Los toros bravíos”. Abrí las ventanas de mi cuarto para descubrir a quienes parecían el duque y la duquesa de Windsor tomando el té del otro lado del patio. Cuatro celebridades en 45 minutos. Algo iba a suceder. Y sucedió: en el comedor de El Prado escuché por primera vez una forma excitante de música que me iba a tomar y regir para siempre: el mambo.
El mambo es una mezcla. Música afro-cubana, jazz y clásico. Me llevó de la calma a la excitación, como el paso del blanco y negro al technicolor. Su rítmica minimalista pero acentuada me dio acceso a un estilo que me conmovió en mi propia esencia. Cuando me mudé a la Costa Este, pasé todo el tiempo que pude en el Palladium, el epicentro del mambo en Nueva York, en Broadway y la Calle 53.
El mambo en Nueva York llevaba a que uno pensara que una de las mejores cosas que le sucedieron a la cultura popular (norte)americana fue el Jones Act que otorgó ciudadanía norteamericana a todos los portorriqueños. Dos de los principales Reyes del Mambo de Nueva York, Tito Puente y Tito Rodríguez, eran de Puerto Rico. Canciones como “La Familia” documentaban vidas en transición desde la isla a Nueva York. Cuando Tito Rodríguez cantaba "En un sillón de bejuco solito me acomodé" rememoraba un aspecto de la vida portorriqueña, cálidamete acogedora y creolizada. La misma nostalgia, quizás, hizo que los portorriqueños en Nueva York construyeran casitas, pequeñas casas brillantemente coloridas al estilo de la isla, en lotes vacíos del Bronx o de Spanish Harlem para compensar por los grises edificios que los rodeaban.
Más tarde descubrí que el mambo nos llevaba danzando hacia una forma más genuina del ser, ayudando a que fuéramos nosotros a través del afecto por los demás. Proclamar la belleza de este rico logro intercultural fue el objetivo de mis clases en Yale desde que empecé a enseñar en 1964. En los 70s el mambo devino salsa. En el 2008 se lo llama jazz latino. Le agradezco a Dios por los cubanos, portorriqueños, afro-americanos, dominicanos, mexicanos y otros latinos que lo mantuvieron dinámico y vital.
El mambo destila sus percepciones interculturales, llevándonos, por ejemplo, a un individuo portorriqueño que aprendió a vivir entre los anglos, los judíos, los italianos y los irlandeses. En la maravillosa biografía "Benjy Lopez: A Picaresque Tale of Emigration and Return", su autor Barry B. Levine, nos dice, por ejemplo: “Imagína tener veinte años y no sentirte inferior a nadie, pero tampoco mejor que nadie. Cuando tratas a todo el mundo de la misma manera, la gente te abre su corazón”. Toda mi vida he tratado de actuar de acuerdo con estas palabras.

© 2008 Newsweek, Inc.
Versión en inglés online en

domingo, 24 de febrero de 2008

Huellas Africanas en la Cultura Uruguaya

Cuando uno pensaba que ya nada en el Uruguay podría sorprenderlo -que lo conocía lo suficiente, y es claro que esto es una exageración - se encuentra no sólo con una tremenda revista cultural, sino con un número dedicado a la cultura negra en el Uruguay!

A conseguirla, como sea.

Pablo Thiago Rocca / La pintura de Pedro Figari.
Eduardo Roland / Pereda Valdés : pionero del negrismo en América.
Gustavo Goldman / Vicente Rossi y sus estudios afrouruguayos.
Emilio Irigoyen / Herencias visibles e invisibles.
Alexander Laluz / Aproximación a la música afrouruguaya.
Alfredo Escande / Los milongones de Bachicha Gallotti.
Fernando Condon / Jaures Lamarque Pons.
Guillermo Baltar / Candombe beat : puntualizaciones y sospechas.
Silvana Silveira / Bailes de libertad.
Melisa Machado / Bailarinas uruguayas en Guinea.
Guillermo Baltar / Ferruccio Musitelli : atmósferas del Medio Mundo.
Yolanda Boronat / Los barrios de la raza : Sur y Palermo.
Daniel Viglione / Los negros en el Montevideo del siglo XIX.

Algunos artículos están online en:
http://www.revistadossier.com.uy/content/view/1/132/

jueves, 21 de febrero de 2008

Movimiento AfroCultural - Declaracion de Interés Social y Cultural

Ya remarqué en este blog la despreocupación demostrada por los medios de comunicación ante el posible desalojo del Movimiento AfroCultural de su galpón de la calle Herrera. Esta indiferencia parece afectar también, incomprensiblemente, a otros actores sociales quienes por la índole de sus actividades deberían apoyar activamente este proyecto. Por fortuna existen también quienes, ante esta circunstancia, renuevan su compromiso con la lucha de los afrodescendientes por sus derechos civiles y culturales. Es el caso de la Dra. Diana Maffia, actual diputada por la ciudad de Buenos Aires, quien, como cuando fue Defensora Adjunta del Pueblo de la Ciudad, ha apoyado activa y eficientemente sus reclamos.
Gracias a los esfuerzos de la Dra. Maffia se organizó una comisión con miembros de distintos partidos que logró que el pasado 7 de febrero la Legislatura de la Ciudad aprobara por unanimidad la declaración de Interés Social y Cultural de las actividades del Movimiento AfroCultural
El proyecto de declaración señala en sus fundamentos:
"El Movimiento Afro Cultural es la continuación del proyecto social y cultural del Grupo Afro Cultural creado el 20 de abril de 1987, en el marco de las actividades de promoción de la cultura afro desarrolladas en el Centro Cultural San Martín. Este Movimiento ha sido de vital importancia para la revalorización y difusión de la cultura afro en el Río de la Plata, a partir de la actividad comunitaria que impulsan en pos del respeto mutuo entre culturas y el fomento de la diversidad cultural.
El Movimiento Afro Cultural ha desarrollado en los últimos años actividades relacionadas con la enseñanza y la promoción de candombe, capoeira, danza afro y percusión en diversas instituciones escolares y culturales del Río de la Plata. Por dichas actividades, en las que participan semanalmente más de 200 personas, el Movimiento Afro Cultural ha contado con el apoyo institucional y el auspicio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la Secretaría de Cultura de la Nación (Argentina), la Municipalidad de Montevideo, el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto (Uruguay), la Embajada de Uruguay en la Argentina, la Asociación Amigos de la Avenida de Mayo, la Defensoría del Pueblo, el Fondo Nacional de las Artes, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), entre otros. Estos apoyos institucionales no pueden menos que demostrar el desarrollo y el compromiso del Movimiento Afro Cultural en los últimos 20 años con sus propias raíces y con toda la sociedad del Río de la Plata.
Para mencionar tan sólo un ejemplo, en una carta de Daniel Portelas, Director General del Centro de Gestión y Participación nº3, fechada el 18 de agosto de 2005, remarca las actividades culturales del Movimiento Afro Cultural que implican "una recuperación de la memoria histórica de la Ciudad de Buenos Aires" y destaca no sólo el rescate de las raíces africanas, sino también la integración social de sectores marginales a partir de emprendimientos productivos, tales como luthería de tambores de candombe, fabricación de instrumentos musicales de capoeira, confección de indumentaria y accesorios afro.
En especial, la Llamada de los Tambores, actividad idiosincrásica de la comunidad negra, que se realiza históricamente en el Río de la Plata desde los tiempos del Virreinato en los días de fiesta, ha sido considerada de especial atractivo turístico por parte de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, incluyéndolo en la Guía Turística de Fiestas, Celebraciones y Rituales "Buenos Aires Celebra", publicada por el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad.

Este pedido de declaración se basa no sólo en las actividades culturales mencionadas que desarrolla el Movimiento, sino también, considerando sus raíces, en la función social que el Movimiento Afro Cultural representa.

A partir de su trabajo comunitario, el Movimiento Afro Cultural se propone la integración social de los afrodescendientes, reforzando sus lazos intergeneracionales y promoviendo los derechos de igualdad y pluralidad. Lamentablemente, el proceso de consolidación del Estado Nación argentino ha invisibilizado la otredad, desde la perspectiva del hombre europeo, marginando y segregando a los inmigrantes e hijos de inmigrantes africanos y de pueblos originarios.

Por otra parte, el Movimiento ha contribuido con reconocidos investigadores de la cultura afro, y ha sido fuente incomparable de trabajos de investigación, que reinvindican la actualización y puesta en valor de la cultura afro en el Río de la Plata. Prueba de ello es la publicación "Buenos Aires Negra" de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, compilada por la Lic. Leticia Maronese, que reúne más de 20 trabajos presentados en las Jornadas Buenos Aires Negra. Memorias, representaciones y prácticas de la comunidad afro (2002) y las Jornadas de Patrimonio Cultural Afroargentino (2005), organizadas por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En especial, el Dr. Alejandro Frigerio (CONICET), remarca la variedad, la excelencia y el compromiso del Movimiento Afro Cultural con la cultura negra, y su implicancia de dicha cultura en el Río de la Plata.

Por último, queremos remarcar que las actividades realizadas por el Movimiento Afro Cultural pueden considerarse como Patrimonio Cultural Inmaterial del Río de la Plata. Según la "Convención para la salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial" (2003) convocada por la UNESCO en París y ratificado por la Argentina, se entiende por Patrimonio Cultural Inmaterial "los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas - junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes - que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural". Considerando que "los tratados con potencias extranjeras son ley suprema de la Nación" (Constitución Nacional, art. nº 31), el Estado debe salvaguardar el Patrimonio Inmaterial, tomando las medidas necesarias para garantizar la viabilidad del patrimonio cultural. Por tanto, las actividades de Movimiento Afro Cultural, que preservan, promocionan y valorizan el patrimonio inmaterial de la cultura afro en el Río de la Plata, debe ser protegido. Esta declaración tiene ese espíritu de defensa del patrimonio intangible."

miércoles, 20 de febrero de 2008

Chistes negros, expresiones negras

El mismo diario que el viernes 15 de febrero destacaba una carta de un lector que advocaba no utilizar más las expresiones "trabajo en negro" o "mercado negro" para no discriminar, publica, dos días después, el domingo 17, un chiste de "caníbales" (africanos, negros). Cuanta esquizofrenia es capaz de soportar o demostrar un medio de comunicación?
Hasta cuándo seguirán los humoristas pensando que los "chistes de caníbales" son un género humorístico que por "tradicional" es "inofensivo"?

viernes, 15 de febrero de 2008

Iemanjá, aún






Los africanos, los medios y la política

Tapa de La Nación de hoy (recortada)

Los africanos, los medios y la política
Por Nicolás Fernández Bravo

El reciente revuelo creado por la visita del ignominioso presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo (ver http://www.lanacion.com.ar/p987306 y otras fuentes relacionadas), sobre quien la prensa y el poder público súbitamente demostraron un meticuloso interés que contrasta con la histórica ignorancia vernácula hacia la realidad contemporánea africana, amerita una reflexión sobre el sentido de los gestos públicos y su relación con la conciencia ciudadana. Los medios masivos de comunicación suelen tener una cuota importante de la responsabilidad colectiva en la creación de una imagen de África y los africanos asociada la tribalismo, la corrupción y la violación de los derechos humanos – como si los vecinos de Buenos Aires, los electores del Estado de la Florida o los directores de la multinacional Enron desconocieran el significado concreto de tales palabras.
Recientemente, un comentarista radial posando de “comprometido” afirmó sin el menor interés en argumentar su pensamiento, que “la sociedad norteamericana aún no está preparada para tener a un presidente de origen africano”. ¿Porque los argentinos sí lo estarían? ¿Estaría la ciudadanía en condiciones de “tolerar” (pues tal es el concepto que cierto progresismo utiliza) a un presidente afro-argentino,… o afro-argentina? Es ciertamente indignante la incapacidad reflexiva que encierran ciertos comentarios oportunistas sobre “los africanos” y la larga lista de males esenciales que probablemente habitan en ellos. Es necesario distinguir entre el indudable carácter cleptocrático de cierta dirigencia (africana, europea, latinoamericana, norteamericana, china) y los descomunales esfuerzos llevados a cabo por organizaciones de la sociedad civil en África que, sin todavía rebelarse, reciben los maravillosos beneficios de los acuerdos que habitualmente se establecen entre los cómplices locales y los distintos organismos públicos, privados y multilaterales que cotidianamente alimentan a los Estados africanos bajo la forma de "ayuda humanitaria", acuerdos de cooperación bilateral y programas de “alivianamiento de la pobreza”, "resolución de conflictos" y "democratización". Tales acuerdos reproducen fielmente las viejas pero persistentes prácticas del indirect rule ideado por la administración colonial británica y exportada cual receta pragmática a los más diversos contextos coloniales.
Las complicidades – escritas o tácitas – tienen consecuencias en el tiempo. Las tuvieron en África, enriqueciendo tanto a los jefes de la administración local del poder colonial como al capital fundamentalmente Europeo (marcando importantes diferencias cualitativas, pues nadie cuestionará quién se llevó la mejor parte), y empobreciendo a una enorme mayoría de personas. Y las tienen en el mundo contemporáneo, congelando la imagen de África y los africanos tejida por los medios masivos de comunicación – de los que se nutren muchas decisiones políticas –, reproduciendo el intercambio desigual en el conocimiento, la tecnología y el comercio, y perpetuando la marginación de la presencia y visibilidad de los africanos y su diáspora en todo el mundo.
La sociedad civil no solamente es un interlocutor válido sobre los procesos de transformación actualmente en curso en el continente y su población esparcida más allá de sus fronteras (como producto, recordémoslo: de la trata esclavista, el colonialismo y la migración contemporáneas por motivos políticos y económicos), sino que tal vez esté mejor posicionada para encarar los dilemas y desafíos de los africanos en la actualidad. Sin ir más lejos, la incipiente organización del movimiento de la diáspora africana en la Argentina es una muestra de la vigencia y complejidad de estos desafíos en el seno de nuestra sociedad. Saludamos las iniciativas del poder público al querer vincularse con un Estado africano, como así también el cuestionamiento allí donde corresponde. Pero consideramos que un adecuado asesoramiento es fundamental para que una iniciativa coherente no se vea inmediatamente sepultada por la misma ola de voluntarismo. Como comentara cierta vez un taxista porteño nacido en Guinea Ecuatorial (a quien saludo por este medio): “el problema es que la mayoría de los Argentinos no saben prácticamente nada sobre los africanos”. Habrá que educar a la ciudadanía y al poder, pues.

sábado, 9 de febrero de 2008

Recuerdos de Iemanjá (I)

Día de Iemanjá en Playa Ramírez, Montevideo

Tuve la suerte de poder asistir, por segundo año consecutivo, a la fiesta de Iemanjá en Montevideo. Aunque la festividad se realiza, tradicionalmente, en la playa Ramírez (la más céntrica) en casi todas las otras playas de Montevideo también se realizan ofrendas. Ante la cantidad de gente que concurre y la variedad de actividades que realizan, muchos templos ahora hacen las ofrendas la noche del 1 de febrero. La tarde(cita) y noche del 2 parecen ahora quedar principalmente para aquellos templos que hacen sesiones de umbanda y para los miles de creyentes individuales que van solos, hacen sus pocitos en la arena y dejan velas o presentes.
Aunque hace rato que no concurro a la fiesta de Iemanjá en Bahía (fui al menos tres veces durante los 80s) encuentro a la fiesta de Montevideo más impresionante. Es difícil medir la cantidad de gente que asiste a ambas (ya que se renueva constantemente, especialmente en el caso de Montevideo) pero creo que es comparable y seguro que la fiesta de Montevideo es mucho más multifacética que la de Rio Vermelho.


Día de Iemanjá en Río Vermelho, Bahía. Foto tomada de http://www2.uol.com.br/au/cassio/festa.htm
En Bahía, las veces que fui (y según me contaron, parece seguir igual) la festividad consistía básicamente en entregar las ofrendas a Iemanjá en las canastas que acompañaban al presente principal que entregan los pescadores de la colonia que erigieron la capillita/templo a la deidad del mar que es el epicentro de los festejos. Se hacían largas filas, y al lado de las canastas estaba la roda de candomblé donde maes y filhas de santo bailaban y cantaban en honor a Iemanjá y otros orixás. Al llegar la hora, a la tardecita, todas las canastas eran llevadas a los varios barquitos que esperan en la playa, y luego entregadas mar adentro. Los fieles se quedaban expectantes esperando el regreso de los barcos y luego se entregaban a la fiesta (digamos) profana en las barraquitas que hay instaladas a lo largo de la playa. Muchos, claro, ya estaban de fiesta hacía rato. Las dos veces que pude subirme a los barquitos que llevaban canastas pude ver que la entrega en el mar no era en un clima tan “religioso” como se podía esperar: los pescadores se tiraban colonia y talco de los presentes encima y después se zambullían en el mar en medio de las canastas con ofrendas; había varios barcos lujosos cuyos con gente que tomaba y escuchaba música mientras miraba (ahora parece que hay muchos barcos con turistas). La mayor cuota de religiosidad la ponían las bahianas que acompañaban la ofrenda quienes recibían a sus Iemanjás en el momento en que se entregaban las canastas al mar y había que agarrarlas para que no se tiraran al agua. Un auténtico pandemonio. Quizás por todo esto, mi mae de santo preferida, Alzira de Omolú, a cuyo terreiro en Fazenda García asistía todos los jueves a sus giras de caboclos, me decía que ella ni loca ofrendaba en Rio Vermelho, que nunca se sabía si el presente de uno llegaba al mar.



En contraposición, la fiesta en Montevideo es mucho mas descentrada y polifónica, y dentro de un clima más “religioso” según nuestros parámetros sin duda influenciados por la experiencia católica (nuestro habitus religioso católico, diría). No hay una sola actividad principal ocurriendo, sino muchas y muy diversas al mismo tiempo, que van variando de a poco a medida que pasan las horas. El año pasado llegué temprano, algo pasado el mediodía, y la playa estaba llena de gente tomando sol y bañándose (tomaré aquella oportunidad como eje para la descripción, ya que el día estuvo increíble, hizo mucho calor y hubo poco viento a lo largo del día y la noche, a diferencia de este año, que sopló bastante viento y estaba frío). Temí que mis expectativas (en base a videos que me había mostrado mi amigo el antropólogo uruguayo y decano en el estudio de la religión en ese país Renzo Pi Hugarte) fueran desmedidas y que la fiesta fuera mucho menor de lo que esperaba. Pero en la plaza frente a la playa había muchos puestitos con imágenes de Iemanjá, velas, barquitos de telgopor para hacer ofrendas, etc, lo que me dio la pauta que seguramente faltaba para que empezara. A la vez, ya había devotos que dejaban ofrendas diversas en la estatua de Iemanjá que se instaló, hace unos años, frente a la rambla a una o dos cuadras del epicentro de la fiesta.


Recuerdos de Iemanjá (II)

Una de las cosas interesantes de estar tanto tiempo allí fue ver cómo, poco a poco la playa de bañistas se transformó en una playa de devotos. Algunos templos llegaban y comenzaban a marcar un territorio para su altar, que generalmente erigían contra la pared de la rambla, mientras que delimitan con palos e hilos el área en el cual llevarán a cabo su gira de umbanda. Pontos riscados de tela, imágenes de yeso, manteles, frutas, barquitos con presentes… y comenzaban a aparecer, de a poco, los altares. Hacia la tardecita, pasadas las cinco o seis, la playa se fue raleando de bañistas y cada vez eran más quienes estaban allí haciendo pocitos en la arena para poner sus velas prendidas, o armando sus mini-altares en la playa, o entrando en el mar para dejar sus barquitos de telgopor con ofrendas.


Al atardecer la Ramírez ya era una playa devota, con templos que habian iniciado sus sesiones, con incorporaciones de caboclos o africanos, y otros que llegan con barcos más grandes llevados en lo hombros de dos o cuatro filhos. En uno o dos de los espacios rituales consagrados por los templos se realizaban rodas de batuque, sin manifestaciones de orixá pero con las canciones y los bailes característicos de esta rama religiosa menos sincrética que la umbanda. El mayor de estos espacios pertenecía al templo de Miriam de Oxum, una conocida mae de santo afrobrasilera radicada en Montevideo y una de las pioneras en realizar rodas de batuque en la playa Ramírez. Al caer la noche, su roda de Batuque dio paso a una performance del coro Afrogama, integrado casi totalmente por mujeres afrodescendientes y que realizó una bienvenida mezcla de canciones de candombe con otras cubanas, varias de las cuales eran en honor a los orixás. Una interesante mezcla de ritmos y de canciones profanas y sagradas que merecen ser registradas en cd.

Recuerdos de Iemanjá (III)

Creo que fue en ese mismo escenario que luego actúo un grupo de cumbia –hubo dos, casi simultáneamente, en ambos extremos de la playa. Esta intrusión de música indudablemente profana aumentó el carácter ya francamente onírico de la experiencia, ya que mientras que sonaba la música de cumbia como fondo había que caminar mirando el suelo por la cantidad de pocitos con velas y devotos sentados al lado, esquivar las muchas colas de individuos que en las distintas giras de umbanda esperaban para consultar o tomar pase con las entidades y dar paso a los que llegaban con los barcos al hombro con presentes para Iemanjá. Una verdadera sobrecarga de los sentidos nutrida por uan fuerte mixtura de elementos sagrados y profanos

Como si todo esto fuera poco, la comparsa lubola Triniboa que había actuado en el Teatro de Verano enfrente de la playa también se hizo presente para rendir su homenaje a Iemanjá. Fue emocionante no sólo verlos tocar frente al mar, sino también, a la mejor usanza religiosa, ver cómo luego se retiraban caminando sin darle la espalda a Janaína sino hasta haberse retirado bastante de la orilla. Recién allí se dieron vuelta y se fueron caminando haciendo maderas. A esta altura la cacofonía a medida que uno se desplazaba por la playa era impresionante: tambores de umbanda, una comparsa de candombe, y grupos de cumbia sonaban casi al unísono en la noche de la rambla.



Recuerdos de Iemanjá (IV)

Faltaba algo? Cerca de la medianoche algunos templos armaron sus altares de kimbanda en la playa, y comenzaron a llegar los compadres y las señoras. Pasada la medianoche, la fiesta no daba señales de aflojar. Mucha gente se iba de la playa pero otros entraban. Muchos miraban todo desde arriba de la rambla. Una verdadera fiesta popular.



Recuerdos de Iemanjá (V)

Este año fue igualmente fascinante, pero comparado con el año pasado un poco menos exuberante. A la tardecita empezó a soplar un fuerte viento frío y la temperatura bajó bastante, de modo que la noche estuvo lejos de ser una de verano. De todas maneras la muchedumbre siguió allí, las entidades atendían gente a pocos metros del agua y los exús y pombas giras habían comenzado a llegar pese al frío. No ví esta vez grupos de cumbia, pero sí pude escuchar de nuevo a las Afrogama.
Un dato interesante es que a la tardecita. frente a la imagen de bronce de Iemanjá ubicada una cuadra antes de la playa Ramírez el mismísimo intendente de Montevideo descubrió una placa en honor a la deidad del mar. La placa fue donada por la Junta Departamental de la ciudad gracias a las gestiones de la mae Susana de Oxum y el pai Julio de Omolú. Atrás de la imagen, a pocos metros de ese acto, casi simultáneamente (los tambores comenzaron a tocar apenas terminaron los discursos en uno) los hijos del pai Armando de Oxalá, gracias a cuyos esfuerzos la estatua fue colocada, hacían su propio homenaje. Supongo que la Gran Madre estaría muy halagada por todos los festejos, pero quizás un poco triste que sus hijos no se pusieran de acuerdo para homenajearla en un único acto, especialmente con una visita oficial tan importante (a veces parece que la gente de religión no se da cuenta de la importancia de la legitimidad social). Pasa hasta en las mejores familias.
Devotos esperando la inauguración de la placa en honor a Iemanjá



Mae Susana Andrade de Oxum, Intendente de Montevido (der.) y Jefe de la Junta Departamental de la ciudad (izq.)

Coro Afrogama
Placa homenaje



Festejo de los hijos del pai Armando Ayala de Oxalá

viernes, 8 de febrero de 2008

7 y 8 de febrero Llamadas en Montevideo

(mural en la Plaza Carlos Gardel, local de la comparsa Cuareim 1080. Foto de Rodrigo López en la revista Dossier número 4, dedicada a la cultura negra en el Uruguay)

Hoy y mañana son las Llamadas en Montevideo.... algo de envidia (mucha, en realidad, y no tan sana) por no poder asistir.... Ahora, cómo hace Carlitos para estar en todas???

jueves, 7 de febrero de 2008

Antropólogo en Fiesta de Iemanjá

(Este diario corresponde, en realidad, a la fiesta de Iemanjá del año pasado. No pude resistirme a subirlo, sin embargo. Es obvio que debe ubicarse en el rubro "autobombo". Tengo que reconocer, también, que es para mí un honor haber salido en la tapa del periódico afro-umbandista uruguayo Atabaque. Como digo en los trabajos en que analizo la situación de la religión en el Uruguay, la mae Susana Andrade de Oxum y el pai Julio Kronenberg de Omolu han conseguido, luego de más de una década de lucha, importantes logros en el reconocimiento de los derechos civiles y religiosos de los afro-umbandistas uruguayos. Quizás no son los únicos que luchan, pero sí lo han hecho con un discurso claro, jurídicamente impecable, admirablemente coherente y sobre todo utilizando al máximo los recursos retóricos que permite la construcción de la nación en el Uruguay. En esto aventajan a sus pares argentinos quienes, limitados por un contexto socio-cultural diferente, carecen de algunas de estas posibilidades discursivas)
Todas las ediciones del periódico (que está por cumplir diez años de aparición mensual en los kioscos, toda una rareza y un logro en sí mismo) se pueden ver en
http://atabaque.digitalzones.com/

sábado, 2 de febrero de 2008

Òdò ìyá!


O sobrado de mamãe é debaixo d’água.
O sobrado de mamãe é debaixo d’água...
Debaixo d’água, por cima da areia.
Tem ouro, tem prata, Tem diamante que nos alumeia!
Que la espuma limpie tu camino de todo dolor
y el agua refresque tu vida con plenitud y riqueza.
Así el oro, la plata y el "diamante que nos alumeia"
podrán lucir transformados en conciencia...
Feliz día de Yemoja!
Òdò ìyá! Omi'yò! Èèru ìyá omo èjá!
Babá Milton de Xangô, Òséfúnmi ti Sàngó Bàáyin

viernes, 1 de febrero de 2008

Ebo Eje (I)




Feira de Sao Joaquim, Bahía, enero de 2008

"Una de las bases de las religiones de cuño africano sistematizadas en América es el sacrificio de animales para agasajar a las divinidades. La sangre es un poderoso vehículo de ashe que permite a la divinidad recuperar las fuerzas agotadas en la conservación del mundo, y de acuerdo a este principio el o los animales ofrecidos deben corresponder simbólicamente a la naturaleza de ésta, siendo sanos, vigorosos y preferentemente jóvenes o en la plenitud de sus facultades. En su elección habrá tres elementos que revisten importancia absoluta: sexo, color y especie. Naturalmente, en un tipo de culto que posee un oráculo sagrado para negociar constantemente con las potencias sobrehumanas, la divinidad será consultada para saber el animal que se debe ofrecer y por descontado el oráculo no desmentirá la clasificación tradicional. Como regla general el animal sacrificado será del mismo sexo del orisha para que la sangre y los iyanlé (vísceras en las que se concentra el ashe) puedan ofrecerle una renovación precisa de su virilidad o femineidad conforme al caso. "
Del libro Ipadé, del Babá Milton de Xangô, Òséfúnmi ti Sàngó Bàáyin